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..." La sangre manaba como un géiser
y el vestido blanco de la dama nocturna se volvía rojo.
Y tanto, que debía ir a su aposento y cambiarlo por otro
(¿en qué pensaba durante esa breve interrupción?).
También los muros y el techo se teñían de rojo. " ...
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La condesa sangrienta
Alejandra Pizarnik
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